Thursday, December 26, 2024

Las Claves de las Pipas de la Paradoja

 escrito por Juan Armando Lawton 



La paradoja de que las cerraduras quedaran a la intemperie con las llaves todavía dentro como parte de un sistema en crecimiento se perdió en la mitad de la población a la deriva en una bruma sin sensación mientras la otra mitad soñaba con la llave a su alcance y la luz brillando. desde allí se va revelando poco a poco lo que yacía oculto en la oscuridad, susurrando entre los árboles con la escarcha ahora pellizcando nuestras narices, otro giro y caída en el olvido mientras uno supone que conectaremos la revolución con el ciclo en pleno desarrollo de una canción en el arroyo la llave para abrir las puertas que custodian el coliseo donde el órgano toca las flautas de nuestros sueños está dentro de nuestros ojos y en la forma en que las pupilas se estrechan para discernir si hay algo nuevo que hemos aprendido sólo en la búsqueda de conocimiento adicional a lo que ya hemos acumulado puede que uno sea conducido a la empresa que nos mantendrá un paso adelante para sentarnos y revolcarnos en lo que ya hemos tragado es una manera tan antigua de ahogarnos que siempre hay algo nuevo para ser descubierto a la vuelta de la esquina para aquellos con oídos atentos a algo que escuchar y con ojos funcionales para ser encontrado, hay una nota en la octava retorciéndose en la música a la deriva de las esferas, ese es el mismo paso que también desciende profundamente en el sensación abismal e interminable que armoniza con este tono abriendo el ojo interior que nos rodea y que nos despierta de nuestro estado de estar atrapados en un sueño. Es un truco mnemotécnico que se deja atrás y se encuentra en nuestro interior para recordarnos el tiempo. Y el hecho de que se está haciendo tarde para nuestro compromiso de haber luchado juntos por un equipo que es la vida tal como la conocemos desde que nos la mostraron por primera vez desde el momento en que fuimos concebidos aquí bajo un rayo de sol, un cofre del tesoro con nubes apiladas y puestas de sol que parecen entrecruzadas, bucles de cadena para abrirla con la púa esqueleto que hace el truco, finalmente tocamos un acorde eufónico en nuestro cerebro al pensar que el camino que hemos allanado hasta la caja con la llave que necesitamos para desbloquear las mismas tuberías de la paradoja aún no nos ha vuelto locos por completo. Aquí es la razón por la que cantamos esta canción como un marcador que dejamos en un recuerdo afuera, bajo la lluvia.



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